El 2 de diciembre de 1987 conocí la Ley Mística-NAM MIOJO RENGUE KIO-en los estudios cinematográficos Baires. Me hizo shakubuku Juan Carlos Carabajal, un bailarín que en ese momento y durante muchos años trabajó con Enrique Pinti en “Salsa Criolla”. Estábamos filmando una publicidad para el Banco Nacional de Colombia, y me hacía repetir la frase en medio de las grabaciones: en la cocina, en la que decían era la cama de Olmedo, en las escenografías de antiguos castillos que había dejado Roger Corman cuando vino a filmar a la Argentina. En el tiempo que teníamos libre, me hablaba y me hablaba de Budismo, desde que veníamos en el micro hasta que nos íbamos. De la práctica y la experiencia que había logrado Tina Turner. Lo que me llamaba la atención en él era su «Ño se so”, lo veía luminoso y con mucha fuerza vital.
Desde 1984, siempre había tenido cerca gente budista, yo no sabía que lo eran pero no se habían animado a hablarme de su práctica.
En la primavera de 1988, cuando debía asistir al Teatro San Martín para hacer un curso de Técnicas de Actuación con un discípulo de Strasberg, Eric Morris, esa mañana recordé la ley y la repetí en mi departamento. Al llegar me senté en una de las butacas de la sala, cuando miré hacia mi izquierda, a mi lado se encontraba Juan Carlos, y como vivía a la vuelta y recientemente había recibido el Gojonzon me llevó a conocerlo. Cuando veo el Butsudan pensé que era como un reloj cucú y me agaché pensando que cuando lo abriera iba a saltar un pájaro con un resorte.
Ese mismo año asistí al primer Han, se llamaba Identidad, se hacía en el departamento de un actor en la calle Alsina, cerca a la Asociación Argentina de Actores. La mayoría eran artistas los escuchaba cantar daimoku y gongyo y me daba risa, estaba tan tentada que tenía que taparme la cara con las manos. Juan Carlos e Isabel Albarenga dieron el tema sobre la vida de Nichiren Daishonin, con tanta convicción que aún hoy puedo recordarlos. Luego ese Han se hizo en kaikan, ese grupo se caracterizaba por la alegría y los estruendosos aplausos.
Siguiendo los pasos de Julio Cortázar, acepté trabajar en el Colegio Nacional, había sido su primer trabajo cuando se recibió de profesor. Desde que estaba en ese mismo Colegio Secundario, cuando no sabía el próximo paso que debía dar en mi vida me acostumbré a pedirle a Julio que me tirara una señal para avanzar hacia el brillante Futuro. Era el año 1989,cantaba muchísimo daimoku y me esforzaba en llegar a a las reuniones, tenía que hacer 800 kilómetros, ida y vuelta, en tren. Me acompañaba una frase de SENSEI:
«SUEÑEN AUNQUE EL SUEÑO PAREZCA IMPOSIBLE.
LUCHEN AUNQUE EL ENEMIGO PAREZCA INVENCIBLE .
SOPORTEN EL DOLOR AUNQUE ESTE SEA INSOPORTABLE.
CORRAN POR DONDE EL BRAVO NO OSA IR.
TRANSFORMEN EL MAL EN BIEN AUNQUE SEA NECESARIO
CAMINAR MIL MILLAS .
AMEN LO PURO E INOCENTE AUNQUE SEA INEXISTENTE.
RESISTAN AÚN CUANDO EL CUERPO NO RESISTA MÁS.
Y AL FINAL ALCANZARÁN AQUELLA ESTRELLA AUNQUE ESTA PAREZCA INACCESIBLE.”
Daisaku Ikeda
Tenía cerca de doscientos alumnos, entre trece y quince años, le pasaba la Ley Mística y se la hacía cantar en las clases, para que en sus vidas surgieran la alegría e el coraje, los chicos las escribían en las paredes del Colegio. Cuando se enteró el responsable de mi Han me llamó para decirme que no hiciera eso, que la Ley se pasaba de vida a vida.
Los chicos crearon videos, representaciones teatrales y trabajaron para la comunidad llevándoles alegría a los chicos de otras escuelas. Pude trasmitirles lo que mis profesores me habían enseñado en la Escuela Nacional de Arte Dramático, y en otras escuelas y talleres.
En 1990, dejé esta etapa, para volver a las filmaciones. Entre ellas la película “Higlander II » dónde también transmití la Ley cantando junto a ellos con voz fuerte y ante todos los demás, con las manos juntas, como si estuviera en una reunión. No tenía vergüenza y me parecía que todos debían escucharla.
En ese mismo año en la S.G.I.A.R. , se vivieron momentos desagradable, de autoritarismo, los Bonzos de la secta Nikken excomulgaron a los practicantes de la SGI y destruyeron el Templo que se había hecho con las donaciones de los miembros del Mundo. A partir de allí la SGI se separó del clero.
Surgió una persona con corazón de león que me protegió : Katsuro Nakatsui, gracias al cual jamás dejé de invocar ni me alejé de la S.G.I.A.R.
Yo invoqué para tener las mejores responsables de chicas, de las que pudiera aprender y adquirir una postura correcta, ya que es fundamental para construir los cimientos para el Futuro. Al hacerse la zonificación llegué al Han Juramento que se hacía en la casa de Ana María Ikeda. Desde 1984 vivía en un departamento a cinco cuadras de kaikan, en Monroe y Alvarez Thomas. La responsable se ese Han era Kimi Higashi y la de Hombu Sol, su hermana Coco, a quienes les estoy eternamente agradecida por su bondad y el corazón para estar cuando las necesité. También a su mamá que me orientó en el 2003, cuando debía resolver problemas de salud.
El vivir cerca de Kaikan me permitió invocar abundante daimoku frente a todos los gojonzos que allí había y realizar muchísima actividad.
Durante algún tiempo los jóvenes llevábamos adelante las reuniones de Han que pasaron a hacerse en la sala Algarrobo o en la casa del matrimonio Mendez, apoyados por la experiencia y la sabiduría de Ana y Rubén, que vivían en kaikan.
También todos los lunes dábamos orientaciones de Sensei que estudiábamos los días miércoles en el Grupo del Renacimiento, grupo que fue vital para conectarnos con el corazón de nuestro Maestro de la Vida, Daisaku Ikeda.
En 1992, en el Homen Capital 2 había mucha movida, recuerdo una maravillosa representación que hicimos los integrantes del grupo Algarrobo sobre un cuento llamado “Lo que los ojos no ven”. Y otra representación que hicimos para una actividad de jóvenes en Setiembre, basada en un cuento de Borges “Historia de los dos que soñaron”, a partir de la cual se manifestaron los tesoros del corazón que había en mi vida.
¡Y llegaron los preparativos para la llegada de Sensei!
¡Al fin el maestro vendría a la Argentina en febrero de 1993!
Para el festival participé en el grupo de filmación, era un grupo muy pequeño y yo era la única mujer, teníamos la visión de toda la lucha que se estaba haciendo ya que debíamos documentarla en video. También cantaba daimoku con las señoras por el triunfo de la llegada de Sensei a la Argentina. Luego Coco Higashi me invitó a participar en el Grupo CRISOL, que nucleaba a todos los jóvenes de la Argentina.
Sentí al Maestro impregnar mi vida con sus palabras, su presencia y su energía en el Jockey Club de San Isidro.
¡CONSTRUYAN AQUÍ UN LUGAR QUE SEA EL MÁS BELLO Y ARMONIOSO DEL PLANETA ! Hermoso Lema para nuestra amada Argentina.
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